La boda perfecta, según ellos…

La boda perfecta, según ellos…

Es cierto, siempre se dice que las grandes protagonistas de las bodas son ellas… Las que ponen toda su ilusión, las que lucen preciosas en impresionantes vestidos, las que ponen todas sus ganas en cada detalle: la decoración, el peinado, los detallitos de los invitados…

Pero eso no significa que ellos no tengan también su idea de la boda perfecta y sus partes favoritas de un momento tan importante en la vida de una pareja.

Los hombres, por norma general, necesitan sentir que el día de su boda es una gran fiesta entre amigos, un momento para reunirse con las personas con las que mejor se lo pasan y compartir con ellos su alegría. Por eso, la mayoría prefiere bodas íntimas, con pocos invitados y, preferiblemente, que prime el número de amigos por encima del número de familiares. Para ellos, mejor los colegas de siempre que los primos segundos de sus padres…

También les gustan más las bodas de tarde/noche, en las que se llega más pronto al momento de la celebración o, lo que es lo mismo para ellos, al momento de la diversión.

Mientras las mujeres necesitan tener controlados todos los detalles y ponen todo su mimo en la ceremonia: el orden de entrada a la iglesia, el juzgado o el Ayuntamiento; la decoración del espacio del sí quiero, las flores, los vestidos de las damas de honor… Ellos solo esperan que ocurra algo divertido para relajar la tensión del momento más solemne: que el niño que lleva los anillos diga algo gracioso y fuera de lugar, que al padrino se le caigan los anillos, que el cura se equivoque leyendo… Esas cosas a las que las mujeres tienen tanto terror, pero que para ellos son la guinda de un día para recordar.

A la hora de compartir la organización de la boda, lo más habitual es que sean ellos los que se encarguen de elegir el sitio de la celebración, los que participen más activamente en la elección de menú, los que más pujen por la barra libre y los más implicados en la elección del dj, la banda y las canciones que sonarán durante la fiesta.

Y, por curioso que resulte, aunque ellas vivan el gran día de su boda con ganas de que no termine nunca, para ellos el mejor momento será ése en el que se despidan de familiares y amigos y se retiren a compartir juntos la primera noche como marido y mujer. Ellos son así.


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