Cómo evitar que el detalle a nuestros invitados acabe en la basura…
No es quizá lo más importante de una boda pero sí es lo último que se llevan los invitados a su casa después de celebrar con nosotros ese gran día. El detalle que entregamos a nuestros familiares, amigos y conocidos como recordatorio de la celebración no debe elegirse al azar, ni tampoco dejarse para el final. No detenerse un momento en esas pequeñas cosas marca la diferencia entre que ese objeto ponga la guinda a nuestra boda o acabe rápidamente en el cubo de la basura, con lo que nos habremos gastado un dinero absurdamente.
Es elección vuestra el tipo de regalo que queráis entregar, sin que eso tenga que ver tanto con el presupuesto. Lo más habitual son los bombones, las chocolatinas, los caramelos, las pastillas de menta, los chupachups… con las variaciones que queráis, tanto de sabores como de envoltorios, ya sea en cajas de papel, frascos de cristal, latas, bolsitas, siempre con algún elemento personalizado. Pero en este apartado también se estilan las miniaturas de licores, vino e incluso aceite de oliva, miel o bolsitas de café o té con la etiqueta que haga referencia al enlace. Otra opción un poco más cara es personalizar las galletas, no el envoltorio sino la galleta en sí.
En otro grupo tenemos todo lo que tiene que ver con la decoración y los olores. Es decir, las velas, las bolsas de poupurrí, sales de baño, botellitas de esencias, las varitas de incienso, los marcos de foto, los clips portafoto, las campanillas, marca-libros, pisapapeles, botellitas decorativas con arena y conchas, e incluso los farolillos.
Mucha gente se decanta últimamente por todo lo que tiene que ver con higiene personal y cosmética, como los sets de manicura, pedicura, maquillaje, perfumador, espejo para bolso, pastillas de jabón, labiales con etiqueta con el nombre de los novios, paquetes de pañuelos de papel, costurero, aunque en estos casos habrá que tener cuidado con lo que se elije, por si hay que tener en cuenta qué regalo es sólo para mujeres y cuál sirve para los dos sexos.
Podríamos establecer otro grupo de orden más práctico, en el que entrarían toda clase de utensilios como los vasos serigrafiados, las tazas, los tapabotellas con forma de corazón, sacacorchos, abridores, juegos de salero-pimentero, cerillas, minicoladores para infusiones, cuchillos mantequeros, rallador, temporizador de cocina, salvamanteles, reloj despertador…
Y si todo esto te parece demasiado típico hay otras muchas propuestas, algunas más útiles que otras. Por ejemplo, si quereis que vuestros invitados le den un aire mágico a tu celebración, regálales un frasquito para hacer pompas de jabón. Los hay de muchos colores y formas.
También puedes regalarles la música que habéis compartido en forma de cd, también con una etiqueta especial para la ocasión. Barajas de cartas, abanicos, colgadores de bolgos, cámaras desechables, blocs de notas, chapas, imanes de nevera (con algún dibujo o foto de vosotros o del lugar de la luna de miel), llaveros, monederos, porta anillos, abrecartas, linternas, luces de lectura, memorias usb, miniradios o paraguas plegables son sólo algunas de las posibilidades. Hay tantas como novios y novias. Cuanto más diga el regalo de vosotros, más difícil les será vuestros invitados desprenderse de él.