Espejito, espejito ¿quién es la más guapa?

Espejito, espejito ¿quién es la más guapa?

Da igual que te hayas pasado la noche sin dormir por culpa de los nervios, que te haya salido un grano por culpa de los nervios, que tengas unas ojeras enormes por culpa de los nervios. ¿Sabes cuál es la mejor arma contra las horribles consecuencias de los nervios ante el día más maravilloso de tu vida? El maquillaje.

Sabemos que eres guapa por naturaleza, pero a veces la naturaleza nos juega malas pasadas, pero como somos más listos que nadie, se ha inventado el maquillaje.

Pero no es tan fácil, no se trata de ponerte crema hidratante, un poquito de polvos traslúcidos, máscaras de pestañas, colorete y pinta labios, no. El maquillaje no es tan fácil como puede parecer en un principio. Debes tener en cuenta que la genialidad está en la sencillez y por eso no puede ser ni recargado, ni extravagante, ni inexistente, tiene que mantener un equilibrio que haga que te sientas cómoda y guapísima.

Hay que tener en cuenta varias cosas antes de empezar:

La piel: Debes limpiarla y tonificarla todos los días a fin eliminar las células muertas que afean su tonalidad.

Las cejas: A veces no se le da la atención necesaria. Hay que depilarlas muy bien ( para ello puedes acudir a profesionales), ya que la forma es fundamental para dar mayor fuerza a tu mirada. Si las tienes un poco rebeldes no dudes en aplicarles un poco de laca para que no se despeinen.

Para tener dominados estas dos cositas fundamentales debes empezar unos cuantos meses antes del día D. Una vez controladas, podemos comenzar a hablar del maquillaje.

Lo primero, ten en cuenta que tiene que durarte todo el día o toda la noche. Lo segundo, la luz que incide notablemente en la luminosidad de la cara, es decir, no es lo mismo la luz del invierno, que la luz del verano, o la luz del día y de la noche. La luz solar pude cambiar el tono del color que hayas elegido.

Tercero, vas a quedar inmortalizada en las miles de fotografías. Así que te aconsejamos que evites los colores muy fuertes para los labios y bases de maquillaje que puedan darte un aspecto por favorecedor, que produzcan brillos incómodos que te estropeen la instantánea.

Los especialistas en estas cosas son los mejores para no errar en tu elección. Ellos sabes de esto más que nadie y sacarán de ti un mayor partido. Saben agrandar tu mirada con tonos rosados y beige. Si quieres hacer que tus ojos luzcan más grandes eligen la gama de los marrones. Eso sí, los colores de los ojos, las mejillas y los labios deben ser de la misma familia.
Decántate por una máscara de pestañas resistente al agua (por si la emoción te juega una mala pasada), por unos polvos compactos que den a tu piel un efecto melocotón que favorece muchísimo.

Ahora bien, lo que debes seguir a raja tabla es que ni el maquillaje ni el peinado deben lucir más que tu vestido sino ser un complemento que te añada elegancia y glamour.

Pero, lo dicho, quien es guapa con poco va.


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